Introducción
El Tractatus fue la última obra de Espinosa vivo, pero no fue termindo.
Plan de Espinosa para su tratado político
A primera vista, el Tractatus Politicus parece ser una mera adaptación de Hobbes a la terminología de la Ética de Espinosa (312). En todo el tratado, empero, Espinosa no menciona sino una sola vez a Hobbes (312-13). Aún así, los criticos de Espinosa le han disputado su predica en favor del absolutismo y como poco constitucionalista, aún cuando Espinosa tenía a las leyes suntuarias como futiles (313).
Sobre Pollock
Pollock se propone, primero, dar "a general view of Spinoza's plan, and of the extent to which he agrees with and differs from Hobbes" (314) y, segundo, entrar en detalles.
Ambos pretenden construír una ciencia de la política con base en los hechos conocidos de la naturaleza humana; y las asunciones que hacen sobre la naturaleza humana son casi las mismas. Hobbes argumentó que cada monarca debía ser absolutamente suprema en materias espirituales y temporales; que Inglaterra era una monarquía; que el rey de Inglaterra era absoluto. Espinosa pretende construir los tipos de instituciones más estables para la monarquía, para la aristocracia y para la democracia, respectivamente. Como Hobbes, Espinosa muestra su desconfianza en relación con las revoluciones; e interpreta la guerra civil inglesa como una rebelión que terminó en un rotundo fracaso (314). Espinosa pensó que casi siempre era un error fatal intentar hacer un cambio fundamental en un gobierno existente, de cualquier tipo que fuera. Su preferencia en abstracto era para con la democracía. Su teoría de la soberanía es esencialmente idéntica a la de Hobbes (315). El origen del estado, según Hobbes, era el de un pacto de mútua concesión, posibilitado por el mútuo temor entre los hombres que se hallan en una condición que carece de leyes, y por el deseo racional de paz, que es la primera ley de la naturaleza, es decir, una regla descubierta por la razón como medio para la autopreservación (315). El soberano representa en su persona la pluralidad de las voces. El mandato del soberano es irrevocable. El soberano no puede renunciar a sus poderes en ningúna circunstancia prácticamente posible; los súbditos no pueden quejarse. Hobbes ofrece una teoría de la soberania en la que los que fueran ciudadanos sólo pueden escoger entre la sumisión pactada ante un soberano o la guerra entre ellos. La guerra de todos contra todos es el peor mal. En Espinosa no hay tales extremos. Espinosa describe el gobierno como fundado en el consentimiento común de los gobernados, pero no hay un análisis elaborado del supuesto pacto. Los ciudadanos concuerdan, para vivir pacíficamente bajo las leyes. Espinosa asegura que ningún gobierno es realmente absoluto, su poder está limitado por la paciencia de los ciudadanos. Hay cosas que la comunidad no soportaría, hasta el punto de convertir el estado civil en un estado de guerra (316).
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