I
1. El bullionismo o monetarismo primigenio. El bullionismo fue la creencia de que el tesoro era lo único que valía la pena acumular. La idea de riqueza como atesoramiento está plenamente justificada en el hecho de que los bullionistas fueron comerciantes. Se ocupaban de la economía doméstica, no de los asuntos de Estado. El bullionismo sostenía, erróneamente, que había que preservar una circulación del oro dentro de las fronteras nacionales, procurando que la cantidad de oro circulante fuera mayor. Por ello implementaron métodos para retener el oro circulando dentro del territorio nacional.
i. Prohibieron la exportación del oro y de la plata.
ii. Hacían aumentar el poder adquisitivo de las monedas extranjeras en el territorio nacional, para inducir la afluencia de la moneda extranjera.
iii. Se hizo obligatorio que el pago de las importaciones fuera hecho en especie, no con el oro.
iv. Procuraron mantener una balanza de los contratos: el importe hecho por las importanciones no debería exceder el importe de las mercancias exportadas.
Los bullisionistas aseguraban que los metales preciosos salían principalmente por los comportamientos ilícitos, falsificaciones y demás.
Entre las leyes más importantes de los bullisionistas se haya la llamada Ley de Gresham. Akerloff aplica esa ley fielmente en su texto sobre el mercado de los carros usados. Hay un Tratado de los bullisionistas que hay que leer: el Tractatus de Monetis de Nicolás Copérnico. Además, A treatise of the Canker of England's Common Wealth (1603) y Consuetudo vel lex mercatoria or the Ancient Law-Merchant (1622) de Gerald de Malynes.
2. El mercantilismo o bullionismo posterior en su sentido comercial. Los primeros bullionistas se diferenciaron de los posteriores. Free Trade of the Means to Make Trade Flourish (1622) y The Circle of Commerce (1623) de Edward Misselden son obras posteriores del bullionismo. También, Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las Indias Orientales (1621) y La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior (1630) de Thomas Mun. Estas últimas tienen un carácter ya de marcado mercantilismo.
Los bullionistas posteriores, o los llamados mercantilistas. argumentaron que era la balanza comercial la que debía ser protegida, no el tipo de cambio. Debían protegerse las exportaciones y desalentarse las importaciones. Resultaba inadmisible tener un déficit comercial con determinados países. Las ventas derivadas de las exportaciones debían ser superiores a las compras derivadas de las importaciones. El saldo negativo no era admitido. Lo que había que promover eran las ventas en el extranjero. La nación era ahora una gran compañia comercial. Y había que dinamizar el tesoro. La cantidad atesorada debía servir para adquirir las importaciones únicamente necesarias para crear un superávit comercial, para producir los productos que serían puestos en venta en el exterior.
La política derivada del mercantilismo había de ser el proteccionismo del sector exportador. La tributación debía ser objeto del sector importador. La tarifa aduanera francesa del siglo XVII es ejemplo de esta política mercantilista. Quizás no se prohibió la importación de materias primas, pero lo demás sí. Los privilegios que se le concedieron a la navegación fueron prominentes. Un ejemplo de estos privilegios es el Acta de Navegación inglesa de 1651. Otros ejemplos son la política de concesión de privilegios: La Compañia de las Indias Orientales inglesa de 1600.
3. La teoría del salario del mercantilismo. Los mercantilistas aseguraron que el salario de subsistencia, el salario mínimo requerido por el obrero para procurar su supervivencia, debía ser el salario óptimo. ¿Por qué? Porque ellos creían que si llegara a subir el salario de subsistencia, la oferta disminuiría en lugar de aumentar. A continuación véase en el diagrama la extraña curva de la oferta de trabajo en la que pensaban los mercantilistas.
Los mercantilistas creían que esta era la forma de la oferta de trabajo, en tanto que creían que los obreros eran unos depravados, atraídos por el vicio y la embriaguez...trabajaban 13-14 horas diarias por ser optimistas, ¿qué pasaría si se les aumentara el salario? Dejarían de ofertar su trabajo.La curva de oferta de trabajo que imaginaban los mercantilistas era infinitamente elástica en correlación con el salario de subsistencia: con este salario, se ofrece toda la fuerza de trabajo disponible para garantizar su supervivencia. Este salario es lo más bajo, de lo contrario los trabajadores morirían. Y, si fuera más alto, la cantidad ofertada de obreros disminuiría.
Lo que procuraban los mercantilistas era, dado un salario de subsistencia, fomentar la cantidad de obreros contratados.
Véase Brief Observations Concerning Trade and Interest of Money (1693) de Josiah Child.
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