4. Los gérmenes de la discrepancia: Louis Pasteur y los orígenes de la vida. En:El gólem. Lo que todos deberíamos saber acerca de la ciencia de Harry Collins y Trevor Pinch. Barcelona: Crítica, Grijalbo Mondadori, 1996.
La generación espontánea es una doctrina de la ciencia de la biología que le da la posibilidad a la vida de “formarse a partir de la materia inerte” (página 97).
Las pruebas en las que se basa estas doctrinas son pruebas de carácter experimental y “son conceptualmente sencillos” (página 98, al final).
El experimento clásico para probar o para desaprobar la doctrina de la generación espontánea es el siguiente. La figura de la izquierda muestra una redoma: una vasija de vidrio ancha en su fondo que va estrechándose hacia la boca. En inglés se denomina round boiling flask. La redoma contiene una sustancia orgánica como “leche, agua con levadura, infusiones de heno o lo que sea” (página 98, al final).
La idea del experimento es la siguiente. Se hervía, en primer lugar, la redoma que contenía una sustancia orgánica hasta que la vida en ella se destruyera. Y, en segundo lugar, se sellaba la redoma. Lo primero estaba justificado en que se creía que “la vida no podía existir durante largo tiempo en un fluido que hirviese, así que el hervir era un método de esterilización adecuado” (página 99, a mitad). Lo segundo estaba justificado por lo anterior: se quería tener una redoma cerrada, cuando ya estuviera esterilizada.
El método de esterilización no fue disputado. Las disputas, en cambio, tuvieron lugar por lo siguiente. Cuando se destapaba de nuevo la redoma y se admitía, por tanto, el aire, “crecía el moho” (página 98, al final). La explicación acerca de este moho generado era el asunto de las disputas. ¿Por qué crecía el moho en la redoma? ¿Qué cosa o cosas habían en el aire? Este tipo de preguntas eran las que daban lugar a polémicas “especialmente en la Francia del siglo XIX porque allí tocaba sensibilidades religiosas y políticas profundamente enraizadas” (página 97, a la mitad).
Félix Pouchet hizo un experimento similar al experimento clásico. Halló que tenía lugar la vida orgánica, al exponer al aire “las infusiones de heno purificadas bajo el mercurio” (página 103). Así que “la vida nueva tenía que haber surgido espontáneamente” (página 103).
Louis Pasteur, el “brillante experimentador” (página 102), criticó la conclusión de Pouchet. Pero para entender esta crítica es necesario revisar los resultados a los que había llegado Pasteur previamente.
En efecto, el experimento clásico de la doctrina de la generación espontánea culminaba con la admisión del aire y éste, por tanto, era admitido en la redoma esterilizada. Pero, ¿qué era exactamente el aire que se permitía que accediera a la redoma que, estando esterilizada, había permanecido sellada?
Pasteur se valió del microscopio para observar el aire (ver página 99). Pasteur observó que el aire tenía “polvo filtrado” (página 99). Le inquietó la naturaleza de este observado, el polvo filtrado del aire. Pasteur investigó la naturaleza de esta contaminación microbiana del aire de la siguiente manera: usó un método de filtración para esterilizar el aire mismo. Y esto lo hizo Pasteur, modificando la forma de la redoma del experimento clásico. Ahora, para llevar a cabo el experimento clásico de la doctrina de la generación espontánea, utilizaría una redoma con cuello de cisne (ver página 100), tal y como se muestra en la figura de la izquierda. ¿Por qué usó esta redoma y no la redoma con la forma clásica, como Pouchet? La idea de Pasteur era que el aire que entrara a la redoma esterilizada fuera filtrado por el cuello de cisne de la redoma, de modo que su polvo no ingresara a la redoma misma. En síntesis, el cuello de cisne de la redoma que usó Pasteur habría de retener el polvo del aire admitido. El método descrito era el método que Pasteur creyó como el método correcto para admitir que el aire ingresara a la redoma esterilizada.
La crítica que Louis Pasteur le hizo a Félix Pouchet consistió en señalar la naturaleza contaminada del aire que Pouchet había permitido que ingresara en la redoma esterilizada. Pocuhet, a juicio de Pasteur, había dejado que ingresara aire, pero aire con polvo, a la redoma esterilizada. Le dijo Pouchet, literalmente: “usted ha introducido, sin apercibirse de ello, aire común [contaminado], así que las conclusiones a las que ha llegado no se fundan en hechos de exactitud irreprochable” (página 103). El aire no era puro, sino que su naturaleza era de carácter contaminado, por lo que Pouchet había incurrido en una omisión gravísima: no hubo usado un método de filtración del aire, como el que llevó a cabo Pasteur con su redoma con cuello de cisne. En síntesis, la crítica de Pasteur contra Pouchet: “el aire tenía que estar contaminado” (página 103). Pero, en particular, ¿por qué el aire que admitió Pouchet estaba contaminado? Pasteur “no sabía cuál era la fuente de la contaminación” (página 103, al final), pero formuló una hipótesis que lleva el nombre de “la hipótesis del mercurio contaminado” (página 103, al final). Pasteur no logró probarla.
Pasteur usó infusiones de levadura. Las hirvió en la redoma. Selló el cuello de la misma, luego de extraer el aire. La particularidad de sus experimentos: Pasteur “rompía el cuello en distintos lugares, permitiendo que el aire entrase de nuevo” (página 104, al final). Esto quiere decir que lo distintivo del experimento de Pasteur consistió en que “rompía el cuello con unas largas pinzas que había calentado con una llama y mantenía la redoma por encima de su cabeza, para evitar que sus ropas la contaminasen. Una vez había entrado el aire de los lugares escogidos, Pasteur sellaba otra vez la redoma con una llama” (páginas 102-103). Pasteur concluyó que “la mayoría de redomas expuestas en lugares corrientes se enmohecían, mientras que las expuestas a gran altura, en montañas, raramente cambiaban” (página 105). La naturaleza del aire, en efecto, variaba según la altura de la que era extraído.
Pouchet hizo una serie de experimentos, siguiendo la manera de experimentación de Pasteur, pero, modificándolos, usó “para abrir las redomas una lima calentada” (página 105). Es decir, Pouchet replicó el experimento de Pasteur, modificando el instrumento para abrir las redomas: ya no eran las pinzas calentadas, sino una lima calentada. Precisamente, esta fue la crítica que le hizo Pasteur a Pouchet: “los experimento pirenaicos de Pouchet estaban falseados por haber usado una lima en vez de unas pinzas para cortar el cuello de las redomas” (página 107). Otra gran diferencia entre estos experimentos de Pasteur y de Pouchet, que pudo ser determinante, fue “el medio nutritivo que se usó en ellos. Pasteur usó levadura; Pouchet infusiones de Heno” (página 107, al final). Y la diferencia era que la infusión de heno, la que usó Pouchet, no se esteriliza por medio del método del hervimiento (página 107, al final). Pouchet no pudo responder a Pasteur.
He dicho, por consiguiente, en qué consistía el experimento clásico de la doctrina de la generación espontánea, y en qué consistió el método de filtración del aire que usó Pasteur, y en qué consistió la crítica preliminar que le hizo Pasteur a Pouchet, y en qué consitieron los experimentos con levadura que hizo Pasteur, y en qué consistieron los experimentos pirenaicos de Pouchet, y cuál fue la sepultadora crítica que les hizo Pasteur.
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