Heidegger. Protocolo de la reunión del miércoles 31 de agosto de 2011
Protocolante: Juan Sebastián Franco
La reunión del 31 de agosto se ocupó del penúltimo parágrafo de la Introducción de Ser y tiempo, el siete, titulado El método fenomenológico de la investigación, el cual ya había sido introducido en la reunión previa, llevada a cabo el 29 de agosto. Consideré conveniente introducir el protocolo de la reunión del 31 de agosto, éste, por medio de un breve recuento de la última parte de la reunión previa a la del 31 de agosto.
El componente fenómeno (lunes 29 de agosto)
Habíase introducido en la reunión del lunes 29 de agosto que el término compuesto fenomenología constaba: por una parte, del término fenómeno; por otra parte, del término /lógos/[1]. También, se dijo, en conformidad con Heidegger, que el concepto preliminar de la fenomenología debía ser expuesto: primero, por medio de la caracterización de cada uno de sus componentes, el fenómeno y el /lógos/; y, segundo, por medio de la fijación del sentido del nombre fenomenología, compuesto tanto por fenómeno como por el término /lógos/.
La reunión del 29 de agosto concluyó caracterizando el primer componente de la expresión fenomenología: el fenómeno. Recuérdese que se dijo que el término fenómeno tenía una doble significación.
Sobre la primera significación de fenómeno dijimos que este término, según Heidegger, remonta al término griego /fainómenon/[2]. Pero éste es un participio verbal. Entonces, Heidegger, notando su modo verbal—su forma participial—, enfatizó que /fainómenon/ derivaba del verbo regular griego /faíno/[3]. Este verbo fue traducido por Heidegger como “sacar a la luz del día, poner en la claridad”[4]. Heidegger precisó que este verbo, /faíno/, consta del prefijo /fa/[5], igual que el substantivo neutro /tó fáos/[6]. Este substantivo fue traducido por Heidegger como “la luz, la claridad”[7]. La luz tendría de distintivo el poderse mostrar en sí misma, o de hacerse visible en sí misma, no por medio de otro (?). Este carácter distintivo de la luz le permitió a Heidegger concluir que el término fenómeno es “lo-que-se-muestra-en-sí-mismo”, es “lo patente”[8]. A esta primera significación del término fenómeno la llama Heidegger “la significación positiva y originaria”[9].
Sobre la segunda significación de fenómeno dijimos que, según Heidegger, los griegos identificaron los fenómenos con los entes. Pero los entes pueden mostrarse de diversas maneras. Los entes, por tanto, se mostrarían, pudiendo parecer ser lo que no son en sí mismos; o sea, mostrarían su “apariencia” [10]. El término fenómeno tendría, por tanto, una segunda significación. Heidegger llama a esta segunda significación “la modificación privativa del fenómeno”[11].
El componente /lógos/ y el concepto preliminar de la fenomenología (miércoles 31 de agosto)
Habiendo caracterizado, en la reunión del lunes 29 de agosto, el primer componente de la expresión fenomenología—el fenómeno— y, en particular, habiendo dicho que fenómeno tiene una significación positiva y originaria y otra de carácter privativo, la reunión siguiente, que tuvo lugar el miércoles 31 de agosto, se ocupó de dos tareas. En primer lugar, caracterizó su segundo componente—el /lógos/—. En segundo lugar, introdujo lo que Heidegger entiende por el concepto preliminar de la fenomenología.
Luego de destacar que el concepto de /lógos/ ganó gran importancia con Platón, como lo uno que se despliega siempre en relación con lo múltiple, abordamos el concepto que Heidegger expone de /lógos/. La exposición que Heidegger hizo del término /lógos/, en primer lugar, disputó que “las múltiples y arbitrarias interpretaciones de la filosofía posterior” a la platónica encubrieran constantemente la “genuina significación”[12] del término. En particular, Heidegger criticó que se redujera la significación de /lógos/, traduciendo el término en el sentido de enunciado o juicio. Heidegger disputó que /lógos/ significara la toma de una aprobación o la toma de un rechazo. Dijo: “λόγος no significa, y en todo caso no significa, primariamente, juicio”[13].
Heidegger, en el parágrafo seis de la Introducción, ya había traducido el término /lógos/, cuando se refirió a la ontología antigua; esa vez lo tradujo como “la capacidad de hablar”[14]. Ahora, en el parágrafo siete, le parece a Heidegger que el término puede ser traducido como el hablar, el decir. A esta traducción la llama “traducción literal”[15]. Pero a esta traducción literal no la considera plenamente válida hasta tanto no se determine “lo que significa el decir mismo”[16]. Así que Heidegger, en segundo lugar, se da a la tarea de matizar la traducción literal del término /lógos/, relacionándolo con dos verbos regulares griegos. Él pretende conseguir “la genuina significación del decir”[17]. Entonces relaciona, primero, el término /lógos/ con el verbo contracto /delóo/[18], hacer visible, “hacer patente aquello de lo que se habla en el decir”[19]. Y luego, Heidegger, siguiendo varias obras de Aristóteles (Porque él, Heidegger, creía que Aristóteles había “explicitado más precisamente esta función del decir”[20]) relaciona el término /lógos/ con el verbo regular griego /apofaíno/[21]. Este es un paso importantísimo. A partir de esta relación aristotélica, crucial para la traducción del término, Heidegger aseguró, por tanto, que el término /lógos/ tenía una significación “apofántica”[22] y significaba: “hacer ver (…) aquello de lo que se habla, y lo hace ver para el que lo dice (…) o para los que hablan entre sí”[23]. La función primaria de /lógos/, según Heidegger, “no consiste sino en hacer que algo sea visto, en hacer que el ente sea percibido”[24].
La naturaleza apofántica del término /lógos/ (el que sea un hacer ver desde, etcétera) implica dos cosas. Implica que este término es sintético y, además, que es verdadero o falso. Que el término /lógos/ sea sintético, o conforme con el substantivo femenino griego /jé síntesis/[25], significa que está “junto con algo”[26]. Que el término /lógos/ pueda ser verdadero o pueda ser falso significa que su ser verdadero consiste en des-encubrir el ente “del que se habla, y hacerlo ver como desoculto”[27] y, por otra parte, que su ser falso consiste en encubrirlo para “de este modo hacerla pasar por algo que ella no es”[28].
Entonces, habiendo estudiado los términos fenómeno y /lógos/, recordamos que la forma de tratar la pregunta por el sentido de ser, según Heidegger, era la forma fenomenológica, que el término fenomenología expresa la máxima ¡a las cosas mismas! y que Heidegger se da a la tarea de exponer el concepto preliminar de la fenomenología, en conformidad con la terminología griega. Se leyó entonces la siguiente pregunta: “¿Qué es eso que la fenomenología debe «hacer ver»?”[29]. La pregunta interrogaba por el significado apofántico del término compuesto fenomenología. Y entonces leímos la respuesta de Heidegger: “Evidentemente, aquello que de un modo inmediato y regular precisamente no se muestra, pero que al mismo tiempo es algo que pertenece esencialmente a lo que inmediata y regularmente se muestra”[30]; o sea, el ser del ser-ahí. La fenomenología es la manera para acceder al ser del ser-ahí. Heidegger llama a la fenomenología “la ciencia del ser del ente”[31]. Leímos: “La ontología sólo es posible como fenomenología”[32].
Se advirtió, introductoriamente, que el parágrafo siete relaciona a la fenomenología del ser del ser-ahí con la hermenéutica. Incluso se leyó en Ser y tiempo el siguiente fragmento: “La fenomenología del ser-ahí es hermenéutica”[33].
Finalizó la reunión luego de que el profesor anunciara su propuesta para la evaluación y dijera que el trabajo debía ser entregado el miércoles 7 de agosto.
Aclaración sobre las transcripciones fonológicas empleadas. Y las notas finales.
Opté no por escribir las palabras extranjeras griegas tal y como se escribían en el griego, sino por escribir su transcripción fonológica, ya que considero que el Protocolo debe poder ser leído por cualquier lector con conocimientos de español, independientemente de si tiene o no tiene conocimientos de griego clásico. El sistema de símbolos de transcripción fonética que usé tampoco son los empleados hoy por los lingüistas, ya que los considero confusos. No sigo, por tanto, el alfabeto fonético internacional (AFI). Tampoco empleo los símbolos correspondientes a la Revista de la Filología Española (RFE).
Empleé las propias letras del alfabeto español para representar los fonemas y para, en último término, transcribir fonológicamente las palabras griegas. Pero, para marcar la naturaleza fonológica de la transcripción fonológica, decidí emplear un signo ortográfico auxiliar: la barra. Esto tampoco es nuevo en la lingüística. La barra se utiliza como signo doble para encerrar la representación de los fonemas de las transcripciones lingüísticas.
Así, en vez de escribir ὁ λόγος, opté por escribir su transcripción fonética: jó lógos. Pero la transcripción fonética la escribo en el Protocolo como /jó lógos/, para marcar el carácter fonético de la expresión “jó logos” (O sea, encerré la transcripción fonética por medio de la barra como signo doble, para indicar que lo encerrado es una expresión extranjera y al mismo tiempo una transcripción fonológica de la expresión extranjera—o sea, la forma de pronunciarla adecuadamente—).
[1] /lógos/ es la transcripción fonética (trans. fon.) del substantivo griego, masculino, ὁ λόγος. Este subst. se declina por la 2ª declinación. Su caso genitivo se escribe así: τοῦ λόγου.
[2] /fainómenon/ es la trans. fon. de la forma conjugada φαινόμενον, del verbo regular φαίνω: su voz es la media, su modo el participio, su tiempo el presente, su género el neutro y su número el singular.
[3] /faíno/ es la trans. fon. del verbo regular griego φαίνω.
[4] Heidegger, Martin (1927). Ser y Tiempo (Traducción de Jorge Eduardo Rivera). Trotta: Madrid, 2003. Páginas 48-49.
[5] /fa/ es la trans. fon. del prefijo griego φά-.
[6] /tó fáos/ es la trans. fon. del substantivo griego, neutro, τό φάος. La forma contracta de este subst. es τό φῶς. Se declina por la 3ª declinación como nombre cuyo tema termina en letra dental. En genitivo, y de forma apocopada, se escribe así: τοῦ φωτός.
[7] Heidegger, Martin (1927). Op. cit., página 49.
[8] Íbid., página 49.
[9] Íbid., página 49.
[10] Íbid., página 49.
[11] Íbid., página 49.
[12] Íbid., página 52.
[13] Íbid., página 52.
[14] Íbid., página 46.
[15] Íbid., página 53.
[16] Íbid., página 52.
[17] Íbid., página 52.
[18] /delóo/ es la trans. fon. del verbo contracto griego δηλόω.
[19] Heidegger, Martin (1927). Op. cit., página 52.
[20] Íbid., página 52.
[21] /apofaíno/ es la trans. fon. del verbo regular griego ἀποφαίνω.
[22] Heidegger, Martin (1927). Op. cit., página 53.
[23] Íbid., página 52.
[24] Íbid., página 54.
[25] /jé síntesis/ es la trans. fon. del substantivo griego, femenino, ἡ σύνθεσις. Se declina por la 3ª declinación. Genitivo: ἡ συνθέσεως.
[26] Heidegger, Martin (1927). Op. cit., página 53.
[27] Íbid., página 53.
[28] Íbid., página 53.
[29] Íbid., página 55.
[30] Íbid., página 55.
[31] Íbid., página 57.
[32] Íbid., página 55.
[33] Íbid., página 57.
No hay comentarios:
Publicar un comentario