Sí, sí, sí, escrito por Juan Sebastián Franco
El 12 de abril de 1945 el presidente Roosevelt murió. Por entonces, quien había sido su vicepresidente, Harry Truman, asumió la presidencia de los Estados Unidos. Al cabo de un mes de la posesión de Truman, el 8 de mayo de 1945 Alemania nazi se rindió condicionalmente. Faltaba que el emperador nipón, Hirohito, fuera derrotado[[1]]. En el mismo año de 1945, a finales del mes de julio, el presidente norteamericano, Harry Truman, asistió a una conferencia en Postdam, Alemania, reuniéndose allí con P.M. [Churchill] y Uncle Joe [Stalin][[2]]: allí las potencias aliadas, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, se reunieron para acordar qué harían con la administración de Alemania. Durante la Conferencia de Postdam Harry Truman escribió un brevísimo diario que, sin lugar a dudas, introdujo ciertamente el significado de la historia de la bomba atómica: según narró en su diario de 25 de julio de 1945, había tenido lugar "un experimento en el desierto de Nuevo México” de devastadora efectividad, “sorprendente-por ponerlo suavemente"[[3]]. Aquel diario de Truman en Postdam, que da fin a la edad conocida como la modernidad, versó sobre siete días: Julio 16, 17, 18, 20, 25, 26, 30 de 1945. Este ensayo se propone introducir, y sólo introducir por medio de tres preguntas, el diario de Truman en Postdam, que desde el punto de vista ético expone una Doctrina de Guerra incompleta y reprochable. Este ensayo cumplirá su cometido si, en la medida de lo posible, convenciera al lector de que son necesarios los Convenios y Protocolos de Ginebra, normativos del Derecho Internacional Humanitario[4].
En primer lugar, desde el punto de vista ético, el presidente norteamericano Truman fue un criminal de guerra, por cuanto hizo una apología de la actuación criminal «por reciprocidad» y por cuanto reconoció ser un líder volcado ciegamente hacia la práctica, separada de cualquier pensamiento moral. . . como Hitler. El diario de Truman de julio 16 de 1945 narra las primeras impresiones del presidente, cuando arribó a Berlín. A Truman le pareció que Berlín era la ruina absoluta [[5]] y que el panorama era penosísimo [[6]]. Él, empero, no se arrogaba ninguna responsabilidad, para él los aliados nada tenían que ver con ello…Para Truman la destrucción de Berlín había sido únicamente la fiel consecuencia de la estupidez de Hitler [[7]]: por cuanto erró al tratar de ocupar excesivamente territorios[[8]], no tuvo moral alguna[[9]] y su gente lo respaldó[[10]] [[11]]. Truman describió la ruina berlinesa, como siendo una fidelísima retribución contra quienes llamó la engañada gente Hitleriana[[12]]: a su juicio, aquellos berlineses, que habían respaldado al genocida Hitler, «se merecían con creces» la ruina en la que vivían por entonces[[13]]. Más aún, a juicio de Truman, los hitlerianos berlineses «se merecieron que» los rusos hubieran secuestrado a los físicamente hábiles entre ellos, les hubieran hecho pillaje contra sus casas y hubieran cometido otros abusos de guerra [[14]]. Pues vemos que la interpretación que hizo Truman acerca de la destrucción de Berlín va acompañada no sólo de un juzgamiento contra el destruido enemigo nazi-alemán, sino de una apología de las reprochables acciones de guerra en las que incurrieron los rusos. La segunda parte de su interpretación fue tanto más objetable, cuanto más apologética del crimen. Truman, en efecto, dijo que aquellos crímenes de guerra, en los cuales incurrieron los rusos contra los nazis, constituyeron, finalmente, un acto de reciprocidad[[15]]. Según Truman esta reciprocidad práctica acataba, pero inversamente, el Sermón de la Montaña: en palabras de Truman, era la “la Regla de oro a la inversa”[[16]]. No obstante, Truman no condenó en su diario esta violencia práctica, criminal. Antes bien, Truman se limitó a decir que era «una lástima» que el animal humano “no fuera capaz de poner su pensamiento moral en la práctica”[[17]]. Truman legitimó la criminalidad, siempre y cuando se hiciera «por reciprocidad». Al fin y al cabo Truman interpretó su época como una época en la que “las máquinas aventajaban a la moral en algunas centurias” y sobre ello nada había que hacer, sino tener esperanza acerca del futuro[[18]]. En la realidad, Truman creía que cada ser humano “no era más que una termita en un planeta”[[19]]: un insecto que roe la madera. La ética de Truman, como vemos, tomó partido por la recrudescencia de la guerra: el crimen por reciprocidad, a su juicio, era legítimo y, al fin y al cabo, la guerra era una práctica separada de cualquier pensamiento moral. La primera pregunta a partir del diario de Truman en Postdam se sigue: ¿acaso los estrategas modernos de la guerra y, en general, la ciudadanía no debe ser crítica frente a los excesos de guerra en general?
En segundo lugar, Truman persiguió en la práctica la imposición de una ideología del éxito. Esta es la esencia de su violencia teórica, la cual realizó tan pronto como la bomba atómica aniquiló la vida en Hiroshima y Nagasaki. El 18 de Junio de 1945 Truman cenó a solas con Churchill: hablaron, sin indigestarse, sobre el proyecto Manhattan, como buenas «termitas». La arrolladora y desconcertante opinión de Truman al respecto fue: “este proyecto es un éxito”[[20]]. Truman siguió, desde un punto de vista ético, la ideología del éxito. Para Truman el «éxito» del proyecto Manhattan, la «victoria», bien podía medirse por el grado de aniquilamiento del «enemigo», siendo ésta una legítima finalidad «ética», posibilitada por los «servicios» de la física nuclear. Dijo Truman: “Creo que los japonesillos se plegaran antes de que Rusia entre. Yo estoy seguro que ellos lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su tierra natal”[[21]]. La conciencia de Truman estuvo ciegamente vuelta hacia la práctica de la violencia; la crítica del proyecto Manhattan, como patenta su diario, ni siquiera se le pasó por cabeza. Estas fueron las consecuencias de una razón que se creyó prácticamente librada del “pensamiento moral”. La segunda interrogante que surge a partir del diario de Truman en Postdam es la siguiente: ¿acaso la instrumentalización o el uso de la ciencia bélica no debería ser limitada?
En tercer lugar, el gobierno de Truman no procuró proteger a los civiles japoneses. Por el contrario...6 de agosto de 1945: Hiroshima fue destruida por la detonación de una bomba atómica. 6 de agosto de 1945, sobre las ciudades japonesas todavía en pie: los civiles japoneses fueron intimidados por medio de folletos que caían del cielo. Habiendo explotado la bomba de Hiroshima, los norteamericanos, como registró Rhodes, no sólo imprimieron millones de copias de un folleto que lanzaron posteriormente sobre las ciudades japonesas excediendo la población de 100,000 habitantes, sino que empezaron a difundir cada 15 minutos una radiotransmisión que leía el texto contenido en el folleto mismo [[22]].Estos folletos[[23]] cayeron en las ciudades japonesas, con los fines de intimidar a la ciudadanía japonesa y de cercenar el apoyo popular que el emperador nipón supuestamente había tenido hasta entonces para dar continuidad a la guerra. Un folleto lanzado el 6 de agosto de 1945 estaba dirigido "a la gente japonesa"[[24]]: por este medio los norteamericanos les avisaban a los civiles japoneses que los Estados Unidos apenas empezaban a usar contra ellos "el explosivo más destructivo jamás descubierto por el hombre" [[25]]; les decía a los japoneses que eran los militares japoneses quienes estaban prolongando la guerra inútil [[26]]; les pedían a los civiles que intervinieran, rogándole a su emperador para que terminara la guerra [[27]]; les urgían aceptar la Declaración de Postdam[[28]], la cual exigía al gobierno de Japón entre otros términos la proclamación de una rendición condicional de todas sus fuerzas armadas, en caso contrario Japón sería destruido rápida y totalmente [[29]]. Si usted fue un japonés que vivió en el año 1945, lo más probable es que haya leído la siguiente intimidación por parte de los norteamericanos: "Ustedes deberán tomar ahora mismo los pasos para cesar la resistencia militar. En caso contrario, nosotros habremos resueltamente de emplear esta bomba y toda otra arma superior de nosotros para rápida y convincentemente terminar la guerra. EVACUEN SUS CIUDADES." [[30]]. Para terminar, es menester interrogar así: ¿acaso la ciudadanía no debería ser protegida especialmente durante la guerra?
[1] Katz, Kuniko. Reflections on emperor Hirohito's death. The Scarsdale Inquirer. Junio 13, 1989. Reflexiones disponibles en línea: http://www.scarsdalemura-kara.com/emperor.htm
[2] P.M. era la sigla para Primer Minister, el puesto de Winston Churchill. Uncle Joe era el nombre que los periódicos ingleses y norteamericanos le dieron a Joseph Stalin, el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética
[3] “An experiment in the New Mexican desert was startling-to put it mildly"
[4] En este ensayo sostendré que la Alemania nazi no fue realmente «vencida»; que entre los criminales métodos Hitlerianos y el «heroísmo» de Truman durante la Guerra contra Japón no hubo ciertamente mucha diferencia; que Truman fue, siendo visto desde los ojos críticos de la posmodernidad, un criminal de guerra; que éste reconocimiento tiene de valioso que nos instruye sobre la génesis de los Convenios y Protocolos de Ginebra acerca del Derecho Internacional Humanitario.
[5] “absolute ruin”
[6] “Never did I see a more sorrowful sight”
[7] “Hitler’s folly”
[8] He overreached himself trying to take in much territory”
[9] “He had no morals”
[10] “his people backed him up”
[11] Quienes respaldaron a Hitler en principio fueron, por una parte, los alemanes de clase media y de partidos políticos liberales y, por otra parte, los políticos, pero sólo luego la gente en general y ésto por razones propagandísticas del régimen, según lo demuestra Claudia Koonz en Hitler's Assault on the Golden Rule. Diponible en línea: http://www.youtube.com/watch?v=YRGxSfC1Nho
[12] “the deluded Hitlerian populace”
[13] “Never did I (…) witness retribution to the nth degree”
[14] Of course the Russians have kidnapped the able bodied. I suppose have made involuntary workmen of them. They have also looted every house left standing and have sent the loot to Rusia”. Letra cursiva mía
[15] “But Hitler did the same thing to them [to the Russians]”
[16] “It is the Golden Rule in reverse”
[17] “What a pity that the human animal is not able to put his moral thinking into practice!”
[18] “I hope of some sort of peace—but I fear that machines are ahead of morals by some centuries and when morals catch up there’ll no reason for any of it. I hope not”
[19] “but we are only termites on a planet”
[20] “P.M. & I ate alone. Discussed Manhattan (it is a success)”
[21] Believe Japs will fold before Rusia comes in. I am sure they will when Manhattan appears over their homeland. I shall inform Stalin about it at opportune time”
[22] ver Richard Rhodes. Página 737.
[23] “leaflets dropped”
[24] "To the hapanese people:"
[25] "We are in possession of the most destructive explosive ever devised by man (...) We have just begun to use this weapon against your homeland"
[26] "Before using this bomb to destroy every resource of the military by which they are prolonging this useless war". Letra cursiva mía
[27] "we ask that you now petition the Emperor to end the war"
[28] "We urge that you accept these consequences and begin the work of building a new, better and peace-loving Japan"
[29] "13. We call upon the government of Japan to proclaim now the unconditional surrender of all Japanese armed forces, and to provide proper and adequate assurances of their good faith in such action. The alternative for Japan is prompt and utter destruction". Tal fue el último término de la Postdam Declaration, expedida en Postdam en julio 26 de 1945. Disponible en línea: http://www.atomicarchive.com/Docs/Hiroshima/Potsdam.shtml
[30] "You should take steps now to cease military resistance. Otherwise, we shall resolutely employ this bomb and all our other superior weapons to promptly and forcefully end the war. EVACUATE YOUR CITIES."
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