Introducción a la justicia del hombre. Sobre los prejuicios legítimos
2) El prejuicio, a juicio de Gadamer, "forma parte en verdad de la realidad histórica misma" (344).
3) Entonces Gadamer menciona el término justicia del hombre (344). Y da a entender que ésta no está bien repartida, sino que es necesario hacer una particular cosa para realizarla. Dice Gadamer que para realizarla "es necesario llevar a cabo una drástica rehabilitación del concepto del prejuicio y reconocer que existen prejuicios legítimos" (344).
4) Entonces Gadamer formula "la pregunta central de una hermenéutica que quiera ser verdaderamente história, su problema epistemológico clave: ¿ en qué puede basarse la legitimidad de los prejuicios?" (344).
5) Y es cuando Gadamer anuncia lo que intentará desarrollar: "intentaremos ahora", dice, "desarrollar en forma positiva la teoría de los prejuicios que la Ilustración elaboró desde un propósito crítico" (344-45).
6) La hermenéutica tiene un propósito, según Gadamer. Su propósito será el de enseñar "a usar correctamente la razón en la comprensión de la tradición" (345); o, dicho de otro modo, "defender el sentido razonable del texto contra toda imposición" (345).
Sobre la Ilustración: supuesto fundamental, implicación verdadera y la unilateral interpretación de la autoridad
7) Gadamer asegura que se basó en un "supuesto fundamental" (345) la división de los prejuicios, hecha por la Ilustración, en prejuicios de autorida y prejuicios por anticipación. El supuesto fundamental de la Ilustración, como lo llama Gadamer, consiste en sostener que "un uso metódico y disciplinado de la razón es suficiente para proteger de cualquier error" (345).
8) Gadamer asegura que de la Ilustración se sigue la que él mismo llama "la verdadera consecuencia de la Ilustración" (346). Tal es "la sumisión de toda autoridad a la razón" (346).
9) Gadamer conviene en que la autoridad pueda ser"una fuente de prejuicios" (346). Y precisa que esto tendrá lugar si "la validez de la autoridad usurpa el lugar del propio juicio" (346). El verbo usurpar parece bastar para justificar lo dicho. Pero, por otra parte, para Gadamer la autoridad no es sólo una fuente de prejuicios, sino en potencia, porque, a su juicio, puede ser "también una fuente de verdad" (346). Y en ésto consiste su crítica a la Ilustración, ya que, dice, respecto de su carácter verdadero, que "la Ilustración [lo] ignoró sistremáticamente en su repulsa generalizada contra la autoridad" (34^).
10) Gadamer entonces hace referencia a la "moral provisional" (347) de Descartes. Le critica a Descartes el que "no llegara a desarrollar su moral definitiva" (347).
Sobre la autoridad y sobre la tradición como una forma de autoridad
11) Gadamer entonces escudriña, pretendiendo sacar a la luz "la esencia de la autoridad" (347). Hace las siguientes observaciones.
Primera. "la autoridad es en primer lugar un atributo de personas" (347). Por tanto, la autoridad se llama esencialmente "la autoridad de las personas" (347).
Segunda. El "fundamento último" (347) de la autoridad es el acto particular de reconocer como sobrepuesto al "otro" (347), en relación con uno "en juicio y perspectiva" (347). En síntesis, es el acto del que "atribuye al otro una perspectiva más acertada" (347).
Tercera. El sentido recto de autoridad "no tiene nada que ver con una obedicencia ciega sino con conocimiento" (347). Pero Gadamer matiza este abismo. La autoridad en principio es un acto de conocimiento. Pero no es únicamente eso. En algun punto el acto de conocimiento-el reconocer al otro como sobrepuesto, con respecto a uno- hace que la autoridad deje de estar desposeída, convirtiéndose en "la autoridad que uno [el otro] tiene" (347). Sólo entonces se puede hablar de la autoridad adquirida que tiene entonces como su parte "el poder dar órdenes y el encontrar obediencia" (347). Pero no desde el inicio la autoridad es ésto, un mero poder de ordenar, &c.
Cuarta. Lo que se reconoce del otro como un carácter que le permite al otro estar en una posición "por encima de uno en juicio y perspectiva"(347) o bien es "una visión más amplia" (348) o bien, mejor dicho, es algo que sea decisivo para que el otro parezca estar "más consagrado" (348) o bien es algo para que cualquiera pueda decir que "sabe más" (348).
Escolio. Precisamente, Gadamer distingue en el pie de página de la página 348 la autoridad del autoritarismo, o la autoridad de la autoridad autoritaria. La autoridad autoritaria es aquella que se autoprotege como autoridad, que salvaguarda su condición, "por decisión del poder contra cualquier crítica" (348). A la crítica, o sea el otro, no se le permite el actuar para reconocer a la supuesta autoridad, sino que, viéndose amordazada, la supuesta autoridad se autoproclama lo que quiere ser, la autoridad, en cuyo caso la autoridad, evitando tener el fundamento de conocimiento que le sería propio, es esencialmente un mero poder dar órdenes sobre el otro alienado o sujetado por la fuerza. Gadamer ilustra este extraordinario concepto de autoritarismo por medio de la dirección, el partido, el Führer.
Quinta. La autoridad tiene diversas formas. Una de ellas, "una forma de autoridad" (348), es la llamada tradición (348).
Sexta. La llamada "madurez biográfica" (348), o sea la edad en la que uno ya ha dejado de estar bajo la tutela de un educador, según Gadamer, "no implica en modo alguno que uno se vuelva señor de sí mismo en el sentido de haberse liberado de toda tradición y de todo dominio por el pasado" (348). Entonces Gadamer asegura tajantemente que "la tradición conserva algún derecho y determina ampliamente nuestras instituciones y comportamiento" (349). Gadamer interpreta el capítulo 10 de la Ética a Nicómaco al decir de la "ética antigua (...) fundamenta el paso de la ética a la «política», al arte de la buena legislación, con base en la ineludibilidad de la tradición" (349).
12) Gadamer advierte sobre el sentido romantico de tradición. Este sentido consistía en "la contrapartida abstracta de la libre autodeterminación" (349). Gadamer no cree "que entre tradición y razón haya que suponer una oposición tan incondicional e irreductible" (349). Gadamer sostiene, en oposición, que "la tradición siempre es también un momento de la libertad y de la historia" (349). Pero no sólo un momento. Gadamer sostiene que "la tradición es esencialmente conservación, y como tal nunca deja de estar presente en los cambios históricos" (349; letra cursiva mía). Y dice luego Gadamer: "nos encontramos siempre en tradiciones" (350; letra cursiva mía). Hay, por tanto, una ineludible "pervivencia de las tradiciones" (350).
13) Entonces Gadamer cuestiona al lector, uno más entre los "vivientes históricos" (350), si "no se debiera intentar reconocer todo su derecho al momento de la tradición" (351). No sé por qué insiste en llamarlo momento.
14) Gadamer asegura que hay "un presupuesto fundamental" (350) para "la comprensión en las ciencias del espíritu" (350). Este supuesto fundamental es "el de sentirse interpelado por la tradición misma" (350).
15) Gadamer señala que hay una "tarea histórica" (351), a saber: "el determinar de nuevo el significado de lo investigado" (351). Esto quiere decir prácticamente varias cosas: elegir un tema de investigación, ebtener un nuevo planteamiento, etc. (351). Me parece bastante confuso este punto. Después dirá Gadamer que "en el comienzo de toda hermenéutica histórica" (351) hay algo que "debe hacerse" (351), o sea que hay algo que es un deber inicial de la hermenéutica histórica. ¿Qué otra cosa podría sino el hacer su tarea histórica? Gadamer asegura que ese deber inicial es el de resolver "la oposición abstracta entre tradición e investigación histórica" (351).
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