El experimento mental concluye de la siguiente manera. Los programadores, en primer lugar, le interrogarán en inglés sobre los relatos en inglés que usted ya habrá leído y entendido a cabalidad, y usted les responderá en inglés tan bien como cualquier anglohablante. Así que, en cuanto al último fajo que le dieron, que contenía relatos en inglés, usted no tendrá sino que responder en inglés a las preguntas en inglés que le hagan, siendo sus respuestas las salidas propiamente (los outputs).
Los programadores, en segundo lugar, le interrogarán en chino, pero la harán las mismas preguntas en chino que están en el tercer fajo, llamado « p r e g u n t a s »; y usted les deberá responder en chino, tal y como el tercer fajo le instruyó hacerlo, dándole reglas de respuesta escritas en inglés. Y es este el punto: que usted no tendrá que preocuparse por cómo «aprender» la lengua del chino para responder en chino a cada pregunta que le hagan en chino, porque, por más que no sepa nada de chino, lo que usted tendrá que hacer es dar unas respuestas, siguiendo unas instrucciones de respuesta, escritas en inglés en el tercer fajo, el cual usted ya habrá comprendido. Así que lo que le piden los programadores, al interrogarle en chino, es que usted, para responder en chino, decodifique el primer fajo, por medio de los llamados « p r o g r a m a s » (los fajos segundo y tercero) y que, para decodificarlo, únicamente opere en conformidad con las reglas dispuestas en esos dos fajos. No le piden que usted «comprenda» el chino y que responda según sus «conocimientos» de chino, sino que realice “operaciones de cómputo con base en elementos especificados formalmente” (páginas 84-85), estando estos elementos disponibles para usted en los fajos que le proporcionaron. Usted, al fin y al cabo, no es “más que un ejemplo concreto del programa de una computadora” (página 85). Esto quiere decir que "Yo no comprendo una palabra del chino, y no hay forma de que pueda llegar a entender el chino" (página 418, Mentes y Cerebros sin Programas), pero que, siguiendo unas instrucciones, puedo responder a determinadas preguntas en otra lengua.
El experimento del pensamiento concluye con los siguientes dos supuestos:
Primer supuesto: "después de un rato loro seguir tan bien las instrucciones para descifrar los símbolos chinos y los programadores logran escribir tan bien los programas desde un punto de vista externo (...) que mis respuestas a las preguntas pueden distinguirse en absoluto de las que proporcionaría un hablante del chino" (página 84). Esto quiere decir que Searle, como computadora descifradora del chino, logra jugar tan bien en el juego de la imitación descrito, que se supone que Searle pasa el test de Turing. Llamemos a este juego de la imitación El juego del desciframiento del chino.
Segundo supuesto: "mis resuestas las preguntas en inglés son (qué duda cabe) indistinguibles de las de otros hablantes del inglés, por la sencilla razón de que yo soy un hablante de esta lengua" (página 84). Esto quiere decir que Searle, como anglohablante, se supone que pasa el test de Turing en un juego de la imitación cuyo propósito es el de convencer al examinador de que el examinado habla inglés tan bien como un anglohablante. Llamemos a este otro juego El juego de la interpretación, por medio del inglés.
De este modo, en Mentes, Cerebros y Programas termina el famoso experimento del pensamiento de Searle, llamado el argumento de la habitación china.
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